BIENVENIDOS A ESTE RINCÓN POÉTICO

"Porque se tiene conciencia de la inutilidad de tantas cosas a veces uno se sienta tranquilamente a la sombra de un árbol- en verano- y se calla". A. González.



En esa tranquilidad os invito a acompañarme en este paseo literario que todos juntos vamos creando.







domingo, 30 de mayo de 2010

SIN TÍTULO. ALEJANDRO FORONDA . 2º BACH C Y TEC

Hoy he bajado especialmente mal las escaleras de mi edificio, coceando y pisando con mis herraduras cada escalón, he estado a punto de tropezarme y caer rodando tristemente hasta el primer piso. Menos mal que al llegar al segundo piso, mis herraduras se han transformado en manos, mi crin en una calva cincuentona, mi cola negra espacio en una columna torcida y arraigada en el
trabajo.
Casi se me va hoy de las manos mis sensaciones, ha vuelto mi piel a envolverme, he tenido suerte.
Voy a tener que tirar ese libro, casi me desenvuelve y se me sale por los poros el olor a caballo de músculos tersos y fuego por fosas negras, he tenido suerte de poder enterrarlo antes de salir a la calle. Dejé de escuchar la música de las risas inmortales.
Por fin momificado, mis suelas de cuero me han tapado de los charcos de las aceras, ¡Que suerte!
A pesar de ser profesor siempre me he considerado un enterrador, un momificador, así he conseguido solucionar las lanzas que me autolanzaba, conseguí ganarme y apagarme, hasta llegar a considerar que mi inteligencia se basa en congelar las llamas de mi cabeza y derretirlas a lametazos.
Así, desde que era joven me he apagado, he conseguido superarme, para poder vivirme, no me he rendido a mis sensaciones, no me he rendido al amor, eso me dice felizmente mi esposa, esposa de esposas digo yo besándola.
He conseguido dejar de ser un humano y convertirme en una persona hecha y derecha, no he visto ni una sola mirada ajena y extranjera en la panadería, en los alumnos de mis clases, no he visto nunca una crítica en el resto de la sociedad que no soy yo. He conseguido matarme para poder vivirme. He sobrevivido a la brillantez caústica y marrón de piel de caballo que salía entre mis neuronas, suspiro tranquilo mientras hago pruebas normales para mis normales alumnos, en la linea,
apago al soplador de vidrio que dibujaba palabras verdaderas en mi cabeza. Ya estoy muerto, así que moriré y viviré tranquilo, con palabras huecas, yo, el perfecto metaxidermista.
-¡Corre si quieres, imbécil!
Mira cómo baja con esas ahora cerradas piernas tranquila la escalera, se cree que la necesito para algo, si tengo mi caballo, se cree que necesito oler su pelo al despertar y al acostarme, será soberbia la que me llama soberbio, y me decía que me amaba, a mí y a mis obras, valiente aduladora.
-¡Vete cobarde, si tienes miedo de verte!
¿Qué quieres ahora maldito caballo?¿Qué miré por el balcón?¿Para qué quieres que la vea irse?
Estoy cansado de verla, mi amor, mi tierno amor, se lo creería la muy idiota, si tengo mis obras, anda y que se la lleve el soplo quieto del tiempo que a mi no se atreve a tocarme. Sí, ya voy. Mírala cómo se pierde entre tantas cabezas, toda esta gente es ignorante y ligera, alfileres perdidos sin ni siquiera saber que están en un pajar. Si me viesen y comprendiesen lo estúpidos que son, pobrecillos.
¡¿Y me llamarán soberbio?! Serán capaces. Yo tengo a mi caballo y a mis llamas, ahí que se queden con su teatro y sus miradas frías y falsas, adoran mis cuadros y mis libros por el motivo de que les dejan ver algo de verdad entre sus mentiras inconscientes.
¿Qée quieres ahora maldito caballo?¿Que mire mis obras? Por supuesto, ya voy. Oh, mira qué pertubador y bello es este retrato. Recuerdo vagamente a la amante a la que se lo dediqué, pero mira qué belleza. Sí, sí, esto es verdad, menos mal que existes, me sacas de mí y me salváis, pinturas ciertas. ¡Oh! Y este magnífico libro, cuánto me costo escribirlo.
-¡Así se pierda esa ramera!¿Se creará que la ame? Pobre.
Estos latigazos de mis llamas me dejan estar vivo, que suerte la mía.
¿Pero?.. ¿No será esto más que onanismo artístico? ¿Será pavo espiritual?..pero...
¿Por qué se ha ido? ¡Todavía puedo cogerla!
Saltó por el balcón con la intención de atraparla entre tanta gente, antes de morir en la acera, pensó fugazmente en su caballo. -¿Debería haberlo apagado?- Se decía. ¿Valdría de algo haberme engañado como estos ligeros de cascos? ¿Dónde está la solución? ¿La mordaza para el caballo en llamas que intenta vivir en mí?¿Habrá algún término medio?.. Entre el metataxidermismo y la autoadmiración total y tranquilizadora de la egocéntrica genialidad.
Quizá será convertir la vida en arte y poder vivir viendo una creación azarosa. No le dio tiempo a acabar, se murió.

4 comentarios:

Marian dijo...

ESte pequeño relato en prosa es un breve ejemplo de lo que Alejandro escribe habitualmente. En pocas líneas es capaz de expresar una gran complejidad interior y una forma de escribir que deja al descubierto muchas posibilidades.
Alejandro es un gran escritor y un gran lector. Todo ello puede verse en estas pocas líneas. Además de una gran persona.

Este breve relato me ha parecido, simplemente , exquisito. La complejidad de la mente humana, el comportamiento diario que nos sorprende constantemente...

Espero ver más cosas de Alejandro por aquí, porque eso querrá decir que sigue con sus escritos y que sigue con su complejidad.

Le doy las gracias por darme la oportunidad de compartirlo con vosotro. Vale la pena.
Ya opinaréis vosotros....

danilo dijo...

muy bien alex, se te da muy bien escribir y de igual manera que me gustó la obra que presentaste para el concurso, esta también me gusta, sobretodo el comienzo.
la vedad es que debemos agradecer a mariam por permitirnos compartir en este blog lo que escribimos.
espero que más compañeros se animen, yo seguiré comentando.

zao dijo...

El relato está cargado de sensaciones y pensamientos propios de alguien alienado de la sociedad sin duda. Las interpretaciones de cada situación son muy inspiradoras, muy vívidas, muy intensas. Fastuosas en cualquier caso.

Me gusta la parte en la que te dices:
-¡Vete cobarde, si tienes miedo de verte!

Muy bueno, me ha encantado el relato, aun sin haberlo entendido en toda su extensión. Sigue enscribiendo.

Ana dijo...

Tal complejidad interior traducida en palabras que al final todo el relato parece una gran metáfora de difícil acceso, muy personal y pero muy interesante. Una metamorfosis

 
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