Un rincón en el mundo
Detrás de una frontera,
O detrás de los años y los amaneceres
Con la esquina doblada
Como la página de un libro,
O detrás de las curvas de una guerra.
Se conmueve el camino a la orilla del mar.
Parece un látigo en el aire
De febrero lluvioso.
Cuando baja del coche,
Angel González duda,
Pone sus pies heridos en la historia
Y sube muy despacio,
Entre muros franceses
Y casas repintadas
con el azul de los veranos,
hasta llegar al cementerio.
Lo que nos trae aquí,
No es el sol de la infancia.
Los lugares sagrados nos permiten vivir
Una historia de todos en primera persona.
Las flores de la tumba de Machado
Imitan el color de una bandera
Sagrada por mandato
De mi melancolía.
Aquello que perdimos una vez,
Y el frío de las manos, la palabra en el tiempo,
El dolor de las vidas que se cortan
En el cristal de los destinos rotos,
Descansa hoy, casi desnudo,
En una tumba de poeta.
¿Cuándo llegamos a Sevilla?,
preguntaba su madre al entrar en Colliure.
Qué difícil la suerte
De los pueblos que viven protegidos
Por la misericordia de un poema.
Qué difícil la última
soledad de Machado.
La luna llega al mar,
El mar llega a Sevilla,
Nosotros a un recuerdo
Y a esta pálida,
Desarmada emoción
De compartir una derrota.
Luis Garcia Montero
Vista Cansada
4 comentarios:
el 22 de febrero de 2007 Luis G. Montero viajó a Colliure , por primera vez, con un grupo de amigos, con acasión de un homenaje a Antonio Machado. El gran poeta e íntimo amigo suyo Ángel González hacía de maestro. Se recordaba así el otro viaje que hicieron en 1957 los poetas conocidos como GENERACIÓN DEL 50 , entre ellos destacaba el ya citado Ángel González , Caballero Bonand, José Agustín Goytisolo , José Ángel Valente... Fue un viaje el de 1959 para recordar al gran poeta MAchado, y significó una seña de identidad de la generaciçón del 50, que por cierto estudiaremos pronto. Recuerda a esa celebración que hicieron en 1927 los que después tomaran el nombre de GENERACIÓN DEL 27 para celebrar el tercer centenario de la muerte de Góngora. ¿ Recordáis cuando lo comentamos en clase?
Como véis los poetas, las generaciones sobre todo,siempre se unen en torno a una celebración literaria... y no es de extrañar que Machado haya sido y siga siendo un referente para muchos.
A partir de ese viaje Luis escribió este poema donde se explica a sí mismo la melancolía de todos. Hay poemas, como dice el propio Montero, que en la vida que vivimos se parecen demasiado a una tumba.
Dejemos sobre él unas flores rojas, amarillas y moradas, como hicieran Luis y sus amigos.
POr Machado, por ellos, por la poesía¡¡¡
¡ Qué duro tuvo que ser eso de emigrar por razones políticas¡ además de la soledad y las penurias económicas, abandonar lo que más quieres, toda tu vida... para acabar muriendo por ello. Creo que la poesía de Machado es tan sencilla y tan profunda porque su autor fue así en vida : un hombre corriente lleno de la complejidad de la vida ( que no es poca).
Gracias Marian por hacer que paremos un momento y ver y sentir y pensar en sus poemas, en una poesía que espero también que forme parte de mi vida en un futuro, como ya lo forma del presente.
gracias por hacerme descubrir estos tesoros.
No, apreciado Lunes: el Poeta no abandonó nada. ¡Qué más quisieran los miserables que él se hubiese marchado ligero de equipaje! TODO se lo llevó con él: Sevilla, Úbeda, SORIA (su Soria del Cielo y de los Álamos...), su madre bienamada, su patética y cobarde Guiomar, su tierna y noble Leonor... Su España. Esa España en la que creyó, orgullosa y fiel a sí misma, ilustrada y soñadora. Su España roja, amarilla y morada; orgullosa de saberse enemiga del absurdo, de la pacatería, de la mezquindad. Su España herida de muerte por las fieras que siempre la desangraron con saña... Su España... La que él soñó por sí, por los suyos y por todos nosotros.
Algunos lloramos aún hoy su muerte, recordamos sus anhelos, evocamos a personas con las que compartimos sus sencillas palabras en el abrazo más preciado y buscamos los caminos que él nos pidió que hiciéramos.
Va para setenta y un años que la tristeza lo mató, y nunca estuvo más vivo.
Don Antonio está más vivo que los que se dicen vivos.
Una guerra que desangró un país y dio al traste con las expectativas, esperanzas y anhelos de toda una generación. La literatura y el arte no podían ser ajenos a esta época de destrucción y odios.
El libro "Los colores de la guerra" de Juan Carlos Arce nos habla en sus primeras páginas de esa huída angustiosa de Machado desde Sevilla a Colliure, con una madre alegre, infantil en su vejez, que ajena al olor a pólvora sólo deseaba volver a Sevilla.
Sin embargo, a pesar de su muerte en el exilio Machado permanece en los chopos del camino blanco y en los álamos de la ribera.
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