De todo lo que ha sucedido en 2012 me quedo con una realidad: la sociedad es mucho más pobre y está mucho más triste. De pobreza no quiero ni hablar, porque les corresponde a otros solucionarlo y voy estando agotada de gestionar día a día la miseria para conseguir, a base de ingenio, que bolas de papel brillen con luz propia. De tristeza no puedo ni hablar porque se me llenan los ojos de lágrimas.
¡Triste 2013, en qué mal momento vienes...!!! Sin embargo, estoy convencida de que debemos arropar a este joven año para que saque lo mejor de nosotros. Enfadados seguiremos, pero ... que no nos roben la risa.
¡¡¡FELIZ 2013 A TODOS, UNA Y MIL VECES!!!
MArian, diciembre 2012
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