Cuando yo tenía catorce años
me hacían trabajar hasta muy tarde.
Cuando llegaba a casa,
me cogía la cabeza mi madre entre sus manos.
Yo era un muchacho que amaba el sol y la tierra
y los gritos de mis camaradas en el soto
y las hogueras en la noche
y todas las cosas que dan salud y amistad
y hacen crecer el corazón.
A las cinco del día, en el invierno,
mi madre iba hasta el borde de mi cama
y me llamaba por mi nombre
y acariciaba mi rostro hasta despertarme.
Yo salía a la calle y aún no amanecía
y mis ojos parecían endurecerse con el frío.
Esto no es justo, aunque era hermoso
ir por las calles y escuchar mis pasos
y sentir la noche de los que dormían
y comprenderlos como a un solo ser,
como si descansaran de la misma existencia,
todos en el mismo sueño.
Entraba en el trabajo.
La oficina olía mal y daba pena.
Luego, llegaban las mujeres.
Se ponían a fregar en silencio.
Veinte años.
He sido escarnecido y olvidado.
Ya no comprendo la noche
ni el canto de los muchachos sobre las praderas.
Y, sin embargo, sé
que algo más grande y más real que yo
hay en mí, va en mis huesos:
Tierra incansable,
firma la paz que sabes.
Danos nuestra existencia a nosotros mismos.
Antonio Gamoneda. Blues castellano.
Poeta
español nacido en Oviedo en 1931.
Es una figura imprescindible de la literatura europea. Su obra es considerada como una de las grandes en la panorámica poética española de actualidad.
Aunque cronológicamente podría pertenecer a la Generación de los cincuenta, su obra ha permanecido aislada
de cualquier tendencia poética.
Es una figura imprescindible de la literatura europea. Su obra es considerada como una de las grandes en la panorámica poética española de actualidad.
Aunque cronológicamente podría pertenecer a la Generación de los cincuenta, su obra ha permanecido aislada
de cualquier tendencia poética.
Doctor Honoris Causa
por la Universidad de León, ha recibido entre otros, el
Premio Castilla y León de las Letras en 1985, el Premio Nacional de Poesía
en 1988 por «Edad» el premio Reina Sofía de Poesía
Iberoamericana
XV Edición por el conjunto de su obra, y el Premio Cervantes en
2006. Además fue nominado al Premio Europa 1993
por su «Libro del frío».
Es
imperdonable que A. Gamoneda todavía no haya aparecido por este Rincón.
Hoy he recordado este poema que habla de la madre abnegada castellana,
siempre volcada en ese hijo trabajor , en los buenos y en los malos
tiempos. Después de veinte años y siempre, ella nos despertará con una
caricia.
Feliz día de la madre a todos. Sobre todo a ellas.
2 comentarios:
Gamoneda es una de mis referencias fijas. Eso que hace es poesía, no lo que hacen muchos otros. Es el mejor.
¡Maravilloso!
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