El escritor, intelectual, luchador antifranquista en la clandestinidad y exministro de Cultura Jorge Semprún ha fallecido hoy a los 87 años en su domicilio parisino . Intelectual y, sobre todo, superviviente del campo de concentración de Buchenwald —una agonía desesperante y desesperada que se prolongó durante 15 meses y que evocó en varias de sus obras, como
El largo viaje o
La escritura y la vida—, Semprún será también recordado por su otro nombre, Federico Sánchez, aquel que se vio obligado a utilizar en su lucha contra el franquismo desde la clandestinidad como dirigente del PCE. En 1964 fue expulsado del partido junto con Fernando Claudín por discrepar con la línea oficial, que marcaba Santiago Carrillo.
Precisamente Federico Sánchez protagonizó dos de sus obras más reconocidas:
Autobiografía de Federico Sánchez, con la que ganó el premio Planeta en 1977, y
Federico Sánchez se despide de ustedes, en la que narraba su paso por el Ministerio de Cultura del Gobierno de Felipe González, entre 1988 y 1991, con palabras que en realidad eran dardos envenenados contra Alfonso Guerra.
Hombre cultísimo, su muerte es la de la memoria del siglo XX. Porque Semprún lo vivió todo: la Guerra Civil española, la II Guerra Mundial, el franquismo, la Transición y la etapa plenamente democrática. Nunca desde un lugar en la sombra; jamás escondido. Fue una figura esencial para comprender el siglo pasado, ese que Semprún contempló siempre con sus ojos vidriosos y un espíritu crítico, nunca displicente.
Sus libros, sus recuerdos, sus palabras, siempre fueron el remedio más eficaz contra la amnesia.
DESCANSE EN PAZ .
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