Sin ternuras, que entre nosotros
sin ternuras nos entendemos.
Sin hablarnos, que las palabras
nos desaroman el secreto.
¡Tantas cosas nos hemos dicho
cuando no era posible vernos!
¡Tantas cosas vulgares, tantas
cosas prosaicas, tantos ecos
desvanecidos en los años,
en la oscura entraña del tiempo!
Son esas fábulas lejanas
en las que ahora no creemos.
Es octubre. Anochece. Un banco
solitario. Desde él te veo
eternamente joven, mientras
nosotros nos vamos muriendo.
Mil novecientos treinta y ocho.
La Magdalena. Soles. Sueños.
Mil novecientos treinta y nueve,
¡comenzar a vivir de nuevo!
Y luego ya toda la vida.
Y los años que no veremos.
Y esta gente que va a sus casas,
a sus trabajos, a sus sueños.
Y amigos nuestros muy queridos,
que no entrarán en el invierno.
Y todo ahogándonos, borrándonos.
Y todo hiriéndonos, rompiéndonos.
Así te he visto: sin ternuras,
que sin ellas nos entendemos.
Pensando en ti como no eres,
como tan solo yo te veo.
Intermedio prosaico para
soñar una tarde de invierno.
De "Quinta del 42" 1952
1 comentarios:
¡ Cómo ha podido pasar tanto tiempo en este blog y no haber dedicado ni un solo poema a José Hierro, poeta de la generación del medio siglo que ha sido una de las plumas más vivas de nuestro país!
No me lo explico ya que es éste uno de los poetas por los que me pierdo entre sus versos como si de un paseo se tratara.
Perdón, maestro,por mi olvido, perdón.
No diré nada de este poema, salvo que es octubre, y que paseamos sobre nuestra vida y que me ha parecido precioso.
Simplemente.
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