BIENVENIDOS A ESTE RINCÓN POÉTICO

"Porque se tiene conciencia de la inutilidad de tantas cosas a veces uno se sienta tranquilamente a la sombra de un árbol- en verano- y se calla". A. González.



En esa tranquilidad os invito a acompañarme en este paseo literario que todos juntos vamos creando.







sábado, 3 de julio de 2010

MUNDIAL POÉTICO

En apenas unas horas se juegan los cuartos de final del mundial de Sudáfrica 2010. Como venimos diciendo, no se puede estar fuera de esto, y menos cuando todo lo invade el fútbol.
Sin embargo, desde aquí no empezaremos a hablar de tácticas. En cambio, haremos partidos paralelos. Partidos poéticos paralelos.

De esta manera, además, podremos disfrutar de poesía de diversos países del mundo con la oportunidad de compararlas y aprender.

Hoy: España-Paraguay.
Representando a España: Miguel Hernández.
Representando a Paraguay: Elvio Romero.

Así es, haremos nuestras propias batallas poéticas y vosotros mismos decidiréis el ganador, opinando en los comentarios.


POEMAS DE ELVIO ROMERO


AL AMOR UN NOMBRE

Quizás porque en ti se asombran
las cosas voy reinventando
un nombre nuevo a las cosas.

Quizás por eso buscamos
signarle un color distinto
a todo cuanto abrazamos.

Al amor un nombre. Al árbol
que nos cobija. Al silencio
que se reduce en tus brazos.

Quizás empezarán contigo
a renovarse las hojas
con que me abrigo y te abrigo.

Y a reinventarse el lucero
ese brillo enamorado
del bosque de tus cabellos.

¿Todo es hoy? ¿Hubo pasado?
¿Alguna huella de tu beso
que su sello haya dejado?

¿Acaso no hay memoria
de aquel rostro, aquellos ojos,
de otros nombres y otras sombras?

¿Contigo el futuro empieza?
¿Contigo el pasado muere?
¿Contigo el presente sueña?

Quizás porque todo ahora
contigo canta, debiera
reinventarme cada cosa.

O porque viejos recuerdos
de los ojos se me borran.

DE “CAMINANTE”

Heme aquí, con los de mi camino:
el Justo, el Pobre, el Perseguido
y el Rebelde. De parte alguna vino
mi voz sino de ellos. Fui con ellos
a elegir mi posada, el desprendido
corazón. El pan, el vino
me fueron ofrecidos. Los destellos
de su ser me encendieron; ahora nada
tengo más que un mundo compartido,
el compartido amor y la mirada.
Se me fue dado este cantar por ellos.

Heme aquí, derramado en mi camino.




POEMAS DE MIGUEL HERNÁNDEZ

El corazón es agua
que se acaricia y canta.

El corazón es puerta
que se abre y se cierra.

El corazón es agua
que se remueve, arrolla,
se arremolina, mata.


***

Entusiasmo del odio,
ojos del mal querer.
Turbio es el hombre,
turbia la mujer.

VUELO

Sólo quien ama vuela. Pero ¿quién ama tanto
que sea como el pájaro más leve y fugitivo?
Hundiendo va este odio reinante todo cuanto
quisiera remontarse directamente vivo.

Amar... Pero ¿quién ama? Volar... Pero ¿quién vuela?
Conquistaré el azul ávido de plumaje,
pero el amor, abajo siempre, se desconsuela
de no encontrar las alas que da cierto coraje.

Un ser ardiente, claro de deseos, alado,
quiso ascender, tener la libertad por nido.
Quiso olvidar que el hombre se aleja encadenado.
Donde faltaban plumas puso valor y olvido.

Iba tan alto a veces, que le resplandecía
sobre la piel el cielo, bajo la piel el ave.
Ser que te confundiste con una alondra un día,
te desplomaste otros como el granizo grave.

Ya sabes que las vidas de los demás son losas
con que tapiarte: cárceles con que tragar la tuya.
Pasa, vida, entre cuerpos, entre rejas hermosas.
A través de las rejas, libre la sangre afluya.

Triste instrumento alegre de vestir: apremiante
tubo de apetecer y respirar el fuego.
Espada devorada por el uso constante.
Cuerpo en cuyo horizonte cerrado me despliego.

No volarás. No puedes volar, cuerpo que vagas
por estas galerías donde el aire es mi nudo.
Por más que te debatas en ascender, naufragas.
No clamarás. El campo sigue desierto y mudo.

Los brazos no aletean. Son acaso una cola
que el corazón quisiera lanzar al firmamento.
La sangre se entristece de batirse sola.
Los ojos vuelven tristes de mal conocimiento.

Cada ciudad, dormida, despierta loca, exhala
un silencio de cárcel, de sueño que arde y llueve
como un élitro ronco de no poder ser ala.
El hombre yace. El cielo se eleva. El aire mueve.


Miguel Hernández

2 comentarios:

MArian dijo...

En el poema "Elvio Romero, poeta paraguayo", de 1948 Rafael Alberti escribe:

Casi recién nacida,
lumbre madura y fuerte,
sabes más de la muerte
quizás que de la vida.

Y tu nombre aromado
huele más que a romero,
a pólvora, a reguero
de cuerpo ensangrentado.

Ha recibido el elogio y el reconocimiento de numerosos lectores, entre ellos tres ganadores del Premio Nobel de Literatura, como Gabriela Mistral ( que afirmaba leerlo "como acostada sobre la tierra"), Miguel Ángel Asturias ( " Poesía invadida llamo yo a esta poesía, poesía invadida por la vida, por el juego y el fuego de la vida") y Pablo Neruda ( "poesía llena de fuerza y follaje").

Es la voz poética paraguaya más conocida en el mundo hispano hablante.

Los dos poetas se relacionan más de lo que creemos ya que Elvio Romero publicó una biografía Miguel Hernández - Destino y poesía (Ed. Losada, 1958), El poeta y sus circunstancias (Ed. RP, 1991) por el cual se le otorgó el Premio Nacional de Literatura, de ese año y Fabulaciones en el año 2000.

Se cuenta que la famosa frase "Adiós camaradas, amigos despedidme del sol y de los trigos" atribuida al poeta Miguel Hernández, antes de morir en la cárcel franquista y que escribiera en la pared, sería del propio Romero.

De Miguel Hernández conocemos más. Os dejo con la poesía de ambos.

Anónimo dijo...

Ganó España, Miguel Hernández es mucho aunque Elvio me ha parecido que tenía muy buena pinta.

 
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